Esto es un video sobre lo urbano y lo ecológico en donde el hombre habita sin demasiada pureza. Un video también sobre la selva de cemento del ser humano. Y la fantasmagoría del escritor Kafka entra en el pensamiento suyo sobre su mirada ante una sociedad vaciilante. Espero les guste mi realización visual. Es algo agradable mi creación estética y es algo vital la vida de los parques con la humanidad rutinaria. Y es ante todo el trabajo una metáfora sobre la cotidianidad social vivida en los lugares de esparcimiento natural.
miércoles, 23 de junio de 2010
SIN HUMANIDAD Y SÓLO INFECCIÓN MUNDIAL
De pronto, el hombre, se hizo un ser carroñero
y él enseguida, quiso comerse toda su basura;
una basura, mal salida de su mente turbada.
Veltiskin
Durante la noche de mi noche presente ya no juego adentro el jardín del niño mundano, él, aún contagioso y él algo descarado con su incultura. Obviamente hoy ya no hay casi ninguna fauna natural que se parezca a una mera tranquilidad. Toda la lindura de los animales ahora ellos son devorados por los seres humanos con sus máquinas todas ruidosas. Las aves se mueren entonces y las poquitas garzas que sobreviven, sólo se van del hábitat de la vida. Ellas viajan hacia lo que queda del amazonas.
Luego ellas también mueren allí ante una que otra pantera de lo más feroz.
Hoy en día pues la infección es demasiada y es el mamífero de dos patas quien daña lo poco que queda de los bosques y de los ríos vivos de vida. Así todo lo bueno del medio ambiente lo dañamos toscamente imponiendo unas supuestas tecnologías de desarrollo no tan mundial. Matan hoy a las ardillas, los jóvenes descarados, con sus caucheras de medio tiro. Pero ellos tan niños y ellos sin una educación real. Luego la gente hace comida de perro con las chanditas que se pasean por las calles de las plazas de mercado.
Los indigentes entretanto se comen hasta las hojas de los árboles de primavera y ellos luego hasta se tragan la basura que dejan los vecinos de las casonas lujosas. Que pecado es verlos a ellos comiendo esos desechos que nosotros arrojamos distraídamente. En todo caso hay una infección tan grande que hasta estamos dañando nuestra capa de ozono del planeta no tan azul y sin tan gris. Nos quedamos así nomás nosotros sin aire y hoy ni siquiera no pomos a pensar en un mañana mejor. La suciedad es gigante y ella nos ahoga y nos contagia porque somos casi todos nosotros quienes inventamos a esa suciedad.
Mira que el ser humano es todavía muy cochino y muy despreocupado sobre lo que pasa para el otro mañana más negro que el ayer. Así que ahora tenemos que fraternizarnos más con la naturaleza. Debemos querernos más entre todos los seres vivos del mundo y luego pensar pronto en una metamorfosis de una vida más humana. Pero como todavía eso de lo lindo todavía no pasa yo mejor me quedo en silencio con la escritura de las ideas sublimes. Y por esa razón yo no voy bailo entre los árboles del bosque de los niños necios.
Ni siquiera yo me asomo a las orillas de los lagos tan fangosos. Sólo veo a unos muchachitos todos arrugados fumando marihuana. Luego el pelado más viejo se pone dizque a meter kokaina y heroína para él dárselas de ser un hombre pero de lo maduro. Eso no tiene ninguna gracia esencial. En mi caso yo sólo los veo a ellos por ahí entre la ventana y de golpe ya me da miedo ingresar al jardín de los huérfanos. De pronto se pasea por allí un amigo bravucón de lo ajeno y me roba y enseguida me mata. Al sin final entonces termino siendo una comida más para algún indigentes hambriento de por allí del jardín del abandono mundial.
De hecho yo ya ni camino lógicamente por ese sendero del bosque de otoño con mi novia. Ella tiene una cara dulzura y de pronto se empuerca toda fea. Además si soy tan de malas que tal vez viene algún lobo todo vicioso y se me la roba. Ante esta ausencia pues que hago yo. Ponerme a llorarla no sería lo justo. Además eso no arreglaría nada y mis pataletas no me la traerían ni sana ni salva. Mejor entonces no nos paseamos por entre toda la bausa del jardín con un poco de ardillas muertas.
Igual, antes ella y yo, éramos unos enamorados sin tiempo. Fuera de eso había otros enamorados de turno bajo las noches violáceas. Los unos se sentaban en los troncos y los otros se recostaban en los prados de primavera. Cada pareja nos dejábamos arrastrar con los arrullos de los cantos de los pájaros rojos y pintos.
Pero ahora no hay sino soledad adentro de las ruinas nocturnas del de
lirio paranoico. Sólo se siente un ambiente de guerra y sólo se huele un sabor a putrefacción pesarosa. Luego se pasa por allí uno que otro ladrón quita cadenas de los más risueños. Entre esta veleidad pues ya niños juegan a ser niños. Hoy desde que ellos son niños les toca jugar a ser adultos y ellos se ponen nomás que a recoger la basura de la otra gente despreocupada del mundo. Y así unos niños dan pica y pala con el sudor de la frente y hay otras niñas que dan hasta su intimidad por unas cuantas monedas de pan y queso. Que caos es esta caos en la que todos nos revolcamos. Al parecer cada ser de vida muriéndose en la pereza de su deshora muerta.
Ahora miro por el balcón y desde lo alto no veo, ni animales, ni ríos llenos de una limpieza cristalina. Tal vez había más agua trasparente tras el ayer. Tal vez había más aire puro tras el pasado perdido. Hoy sólo hay desechos, bolsas plásticas, llantas rotas, niños abortados y otro pocotón de cosas tóxicas. De hecho hay otro espejo invertido. Aquí los adultos se vuelven niños y muchos de los suyos se ponen a meter bazuco y otro se siente a beber cerveza, sin nada de miradas, por hacer un mejor día de armonía. Así que cada uno meriendo en su porro de perico o en su porro de consumismo desbocado. A tal final del rio pues la esperanza se pierde y se aleja de cada rincón de calles olvidadas. Del mismo tiempo se desaparecen las muchas ideas imaginarias por el afán al dinero. No ven que dizque casi no hay tiempo para pensar porque hay que ir dizque al puesto del empleo encarcelador. La gente a su rato vive de lo más acomodada y ellos sólo procurando su beneficio del instante envolvente. Cada criatura ambiciosa de su conveniencia de status social y esa apariencia de espanto de que sirve si se es arrogante hasta con la familia del amor querido.
Al otro lado de los tribunales; pues se sientan los políticos a tirarse vientos tan distraídamente y ya queda listo el sueldo del día. Eso quiere decir que las políticas andan distantes del pueblo. Teatros de presidencias que realmente no existen. No se lucha aquí por construir un estado de progreso con resultados visibles. Todos prometen y prometen castillos en el aire y luego todo se esfuma como el espejismo de un mago todo lleno de trucos baratos. Sólo entonces se siente de que en lokombia no hay sino un circo de payasos quienes no para de hacer sus puras fiestas de marranos.
Aquí y allá reina el facilismo y el aburrimiento que muchos quieren seguir manteniendo tan tragonamente. Pero nada de que brilla el sentido de pertenencia como unos seres humanos de ayuda, entre unos y otros am
igos de creación grupal. Al contrario veo que por aquí lo que se retuerce es el egoísmo y la altanería del medio pelo canoso. Por lo obvio de lo obvio se resuelve en este jardín de marranos una cochera de lo más destejida. No hay aquí nada de ningún juego esencial de vida ordenada, ni una vida respetuosa. Al rato del rato, pues se pierde el respeto por las reglas del desorden, un desorden, que se impone muy ventajosamente por las políticas desordenadas. Sólo manda la patraña y el dueño del billete que de a poco se vuelve inútil.
Por ese atraso del hoy hay hoy tanta toxicidad nacional. Tristemente aquí y allí, no cesa de verse la prostitución, luego se aparece, una pornografía, ella, toda hiriente y agresiva. Que lástima, pero sólo entonces, tales acciones y verdades, no hacen sino ofender, al hombre y a la mujer. Eso corta la sensibilidad de alma de un solo tajo espantoso. Y por eso es que por eso se vine toda una avalancha de pudrición sobre la humanidad tan palidecida. Por eso hay enfermedad abajo de una aldea de globalización enfermiza. Nosotros somos asimismo unos partícipes violadores del descontrol ciudadano. No se reflexiona sobre la jornada del trabajo humanitario. Nos olvidamos de las vida ajena y ella ida al derrumbe de la otra muerte.
Somos unos seres descarados y somos unos seres dañinos con las cosas dañinas. La gente quiere hacer nomás sus bravatillas de regalada gana. Pero del compromiso ciudadano nos olvidamos hasta al día cuando se mueren nuestros seres queridos. Y eso si es la tapa de la olla de la indiferencia. El respeto del hogar se nos disuelve como un hielo a pleno sol de mediodía. Hay inventos y hay internet. Hay cosas sintéticas y hay robots. Pero hoy se nos olvida el sentimiento de humanidad; pero hoy no hay amor al mundo de la bondad. Entre tanto, bajo toda la mayoría perdición del mundo, eso que decimos llamar ciencia política, no es sino una mala película gringa, pero lo peor del caso, siempre presenciado la gente, una mala historia de Rambo. Que desgracia entonces de desgracia no ficcional lo que sufre nuestra gente menos favorecida. Además veo que los políticos gritan voces de lucha por un orden social. Pero luego no hay sino más desorden y luego no hay sino más libertinaje de escándalo nuclear.
Mientras tanto, se sabe de muchos presidentes, gobernadores, alcaldes, entre otros políticos, ellos, luchando por subir al gobierno y enseguida casi muchos de ellos suben al estrado arrogante y una vez allá, ellos, se enamoran del despoder monetario. La fantasía por el dinero y la ambición por las tierras, los enloquece, que al final de la ronda, terminan es dando vergüenza. Por eso a la noche de la noche de hoy no vemos ni sentimos un mundo nada natural. Ni se siente el buen ambiente de la brisa yendo y viniendo sobre los ríos de un agua, agua que era ayer, tan cenicienta y tan traslúcida como las lágrimas del alma.

Mi ciudad del desamor entretanto mi aldea fusilada ahora se mueve como una montonera de chatarra y otro montón de desperdicios mal olientes. Contra ello se suelta desde luego una furia de guerra desbocada. Una guerra como una crisis ante tanta contaminación industrial. Una guerra como un grito de libertad contra tanto despotismo humillante. Luego pues restalla una revolución social de ideales más dignatarios. Ya de golpe se suelta aquí una iracunda tronera de bombas contra la opresión de los enfermos del capital materialista. Fuera de dicho ideal se hace asimismo una reiterada petición contra la propaganda estrambótica. La propaganda de la mentira hurtadora.
El comercio del interés banal. Pero el problema es que el pueblo no se da cuenta de que todo el pueblo debería ser un inmenso movimiento de liberación social. Todos nosotros debemos ser un movimiento de revolución con fundamentos de ideales humanistas. Tal fuerza de poder será la mejor obertura de solución frente a la odiosa barbarie del despotismo inconcluso.
De hecho el consumo nos corroe el estimulo del delirio individual. Casi todos los hambrientos nos volvemos amañados al hábito de comer una pura chatarra de lo superficial. Ese vicio lo hacemos a casi todas las horas del día. Siento así pues de que la ignorancia grita aquí sobre todos los abismos de una esquizofrenia golpeadora. Y más de un hombre racional vive ahora metido en su paquete chileno del mandato suicida. El suicidio lento nos ahoga lentamente con los vicios y con el descaro del mundanismo. Esas son las ruinas de nuestra noche perdida.
Mientras tanto yo veo que mi jardín ya no es un jardín florido sino solamente es mi jardín ahora, una montaña de puro hedor pestilente. Y sólo por ahí uno que otro arbolito, sin muchas hojas verdes, pero el arbolito, luego dando su algo de frescura a los desechables del sin rumbo de sus muertes y así, ellos muriendo sin techo, sin comida, sin alegría, ellos, los indigentes del abandono agónico. Al sin final, sólo entonces, nada de constructos humanistas, entre los hombres, todavía no humanistas; luego entonces, se recae así y allí, una noche desperdiciada sobre otra noche desperdiciada y ya nada con humanidad y ya todos sin paz mundial.
Rusvelt...
Fuentes:
Una incómoda verdad (Documental sobre el calentamiento global)
Las falencias del pais colombiano, manifestadas en la revista, El salmón.
Primavera silenciosa; Rachel Carson.
Foto de referencia: http://elblogverde.com/silent-spring-o-primavera-silenciosa-de-rachel-carson/
Los discursos ambientales del docente; Oscar Torres.
Unos y otros escritos; Rusvelt Nivia.
y él enseguida, quiso comerse toda su basura;
una basura, mal salida de su mente turbada.
Veltiskin
Durante la noche de mi noche presente ya no juego adentro el jardín del niño mundano, él, aún contagioso y él algo descarado con su incultura. Obviamente hoy ya no hay casi ninguna fauna natural que se parezca a una mera tranquilidad. Toda la lindura de los animales ahora ellos son devorados por los seres humanos con sus máquinas todas ruidosas. Las aves se mueren entonces y las poquitas garzas que sobreviven, sólo se van del hábitat de la vida. Ellas viajan hacia lo que queda del amazonas.
Luego ellas también mueren allí ante una que otra pantera de lo más feroz.

Los indigentes entretanto se comen hasta las hojas de los árboles de primavera y ellos luego hasta se tragan la basura que dejan los vecinos de las casonas lujosas. Que pecado es verlos a ellos comiendo esos desechos que nosotros arrojamos distraídamente. En todo caso hay una infección tan grande que hasta estamos dañando nuestra capa de ozono del planeta no tan azul y sin tan gris. Nos quedamos así nomás nosotros sin aire y hoy ni siquiera no pomos a pensar en un mañana mejor. La suciedad es gigante y ella nos ahoga y nos contagia porque somos casi todos nosotros quienes inventamos a esa suciedad.
Mira que el ser humano es todavía muy cochino y muy despreocupado sobre lo que pasa para el otro mañana más negro que el ayer. Así que ahora tenemos que fraternizarnos más con la naturaleza. Debemos querernos más entre todos los seres vivos del mundo y luego pensar pronto en una metamorfosis de una vida más humana. Pero como todavía eso de lo lindo todavía no pasa yo mejor me quedo en silencio con la escritura de las ideas sublimes. Y por esa razón yo no voy bailo entre los árboles del bosque de los niños necios.
Ni siquiera yo me asomo a las orillas de los lagos tan fangosos. Sólo veo a unos muchachitos todos arrugados fumando marihuana. Luego el pelado más viejo se pone dizque a meter kokaina y heroína para él dárselas de ser un hombre pero de lo maduro. Eso no tiene ninguna gracia esencial. En mi caso yo sólo los veo a ellos por ahí entre la ventana y de golpe ya me da miedo ingresar al jardín de los huérfanos. De pronto se pasea por allí un amigo bravucón de lo ajeno y me roba y enseguida me mata. Al sin final entonces termino siendo una comida más para algún indigentes hambriento de por allí del jardín del abandono mundial.
De hecho yo ya ni camino lógicamente por ese sendero del bosque de otoño con mi novia. Ella tiene una cara dulzura y de pronto se empuerca toda fea. Además si soy tan de malas que tal vez viene algún lobo todo vicioso y se me la roba. Ante esta ausencia pues que hago yo. Ponerme a llorarla no sería lo justo. Además eso no arreglaría nada y mis pataletas no me la traerían ni sana ni salva. Mejor entonces no nos paseamos por entre toda la bausa del jardín con un poco de ardillas muertas.
Igual, antes ella y yo, éramos unos enamorados sin tiempo. Fuera de eso había otros enamorados de turno bajo las noches violáceas. Los unos se sentaban en los troncos y los otros se recostaban en los prados de primavera. Cada pareja nos dejábamos arrastrar con los arrullos de los cantos de los pájaros rojos y pintos.
Pero ahora no hay sino soledad adentro de las ruinas nocturnas del de

Ahora miro por el balcón y desde lo alto no veo, ni animales, ni ríos llenos de una limpieza cristalina. Tal vez había más agua trasparente tras el ayer. Tal vez había más aire puro tras el pasado perdido. Hoy sólo hay desechos, bolsas plásticas, llantas rotas, niños abortados y otro pocotón de cosas tóxicas. De hecho hay otro espejo invertido. Aquí los adultos se vuelven niños y muchos de los suyos se ponen a meter bazuco y otro se siente a beber cerveza, sin nada de miradas, por hacer un mejor día de armonía. Así que cada uno meriendo en su porro de perico o en su porro de consumismo desbocado. A tal final del rio pues la esperanza se pierde y se aleja de cada rincón de calles olvidadas. Del mismo tiempo se desaparecen las muchas ideas imaginarias por el afán al dinero. No ven que dizque casi no hay tiempo para pensar porque hay que ir dizque al puesto del empleo encarcelador. La gente a su rato vive de lo más acomodada y ellos sólo procurando su beneficio del instante envolvente. Cada criatura ambiciosa de su conveniencia de status social y esa apariencia de espanto de que sirve si se es arrogante hasta con la familia del amor querido.
Al otro lado de los tribunales; pues se sientan los políticos a tirarse vientos tan distraídamente y ya queda listo el sueldo del día. Eso quiere decir que las políticas andan distantes del pueblo. Teatros de presidencias que realmente no existen. No se lucha aquí por construir un estado de progreso con resultados visibles. Todos prometen y prometen castillos en el aire y luego todo se esfuma como el espejismo de un mago todo lleno de trucos baratos. Sólo entonces se siente de que en lokombia no hay sino un circo de payasos quienes no para de hacer sus puras fiestas de marranos.
Aquí y allá reina el facilismo y el aburrimiento que muchos quieren seguir manteniendo tan tragonamente. Pero nada de que brilla el sentido de pertenencia como unos seres humanos de ayuda, entre unos y otros am

Por ese atraso del hoy hay hoy tanta toxicidad nacional. Tristemente aquí y allí, no cesa de verse la prostitución, luego se aparece, una pornografía, ella, toda hiriente y agresiva. Que lástima, pero sólo entonces, tales acciones y verdades, no hacen sino ofender, al hombre y a la mujer. Eso corta la sensibilidad de alma de un solo tajo espantoso. Y por eso es que por eso se vine toda una avalancha de pudrición sobre la humanidad tan palidecida. Por eso hay enfermedad abajo de una aldea de globalización enfermiza. Nosotros somos asimismo unos partícipes violadores del descontrol ciudadano. No se reflexiona sobre la jornada del trabajo humanitario. Nos olvidamos de las vida ajena y ella ida al derrumbe de la otra muerte.
Somos unos seres descarados y somos unos seres dañinos con las cosas dañinas. La gente quiere hacer nomás sus bravatillas de regalada gana. Pero del compromiso ciudadano nos olvidamos hasta al día cuando se mueren nuestros seres queridos. Y eso si es la tapa de la olla de la indiferencia. El respeto del hogar se nos disuelve como un hielo a pleno sol de mediodía. Hay inventos y hay internet. Hay cosas sintéticas y hay robots. Pero hoy se nos olvida el sentimiento de humanidad; pero hoy no hay amor al mundo de la bondad. Entre tanto, bajo toda la mayoría perdición del mundo, eso que decimos llamar ciencia política, no es sino una mala película gringa, pero lo peor del caso, siempre presenciado la gente, una mala historia de Rambo. Que desgracia entonces de desgracia no ficcional lo que sufre nuestra gente menos favorecida. Además veo que los políticos gritan voces de lucha por un orden social. Pero luego no hay sino más desorden y luego no hay sino más libertinaje de escándalo nuclear.
Mientras tanto, se sabe de muchos presidentes, gobernadores, alcaldes, entre otros políticos, ellos, luchando por subir al gobierno y enseguida casi muchos de ellos suben al estrado arrogante y una vez allá, ellos, se enamoran del despoder monetario. La fantasía por el dinero y la ambición por las tierras, los enloquece, que al final de la ronda, terminan es dando vergüenza. Por eso a la noche de la noche de hoy no vemos ni sentimos un mundo nada natural. Ni se siente el buen ambiente de la brisa yendo y viniendo sobre los ríos de un agua, agua que era ayer, tan cenicienta y tan traslúcida como las lágrimas del alma.

Mi ciudad del desamor entretanto mi aldea fusilada ahora se mueve como una montonera de chatarra y otro montón de desperdicios mal olientes. Contra ello se suelta desde luego una furia de guerra desbocada. Una guerra como una crisis ante tanta contaminación industrial. Una guerra como un grito de libertad contra tanto despotismo humillante. Luego pues restalla una revolución social de ideales más dignatarios. Ya de golpe se suelta aquí una iracunda tronera de bombas contra la opresión de los enfermos del capital materialista. Fuera de dicho ideal se hace asimismo una reiterada petición contra la propaganda estrambótica. La propaganda de la mentira hurtadora.
El comercio del interés banal. Pero el problema es que el pueblo no se da cuenta de que todo el pueblo debería ser un inmenso movimiento de liberación social. Todos nosotros debemos ser un movimiento de revolución con fundamentos de ideales humanistas. Tal fuerza de poder será la mejor obertura de solución frente a la odiosa barbarie del despotismo inconcluso.
De hecho el consumo nos corroe el estimulo del delirio individual. Casi todos los hambrientos nos volvemos amañados al hábito de comer una pura chatarra de lo superficial. Ese vicio lo hacemos a casi todas las horas del día. Siento así pues de que la ignorancia grita aquí sobre todos los abismos de una esquizofrenia golpeadora. Y más de un hombre racional vive ahora metido en su paquete chileno del mandato suicida. El suicidio lento nos ahoga lentamente con los vicios y con el descaro del mundanismo. Esas son las ruinas de nuestra noche perdida.
Mientras tanto yo veo que mi jardín ya no es un jardín florido sino solamente es mi jardín ahora, una montaña de puro hedor pestilente. Y sólo por ahí uno que otro arbolito, sin muchas hojas verdes, pero el arbolito, luego dando su algo de frescura a los desechables del sin rumbo de sus muertes y así, ellos muriendo sin techo, sin comida, sin alegría, ellos, los indigentes del abandono agónico. Al sin final, sólo entonces, nada de constructos humanistas, entre los hombres, todavía no humanistas; luego entonces, se recae así y allí, una noche desperdiciada sobre otra noche desperdiciada y ya nada con humanidad y ya todos sin paz mundial.
Rusvelt...
Fuentes:
Una incómoda verdad (Documental sobre el calentamiento global)
Las falencias del pais colombiano, manifestadas en la revista, El salmón.
Primavera silenciosa; Rachel Carson.
Foto de referencia: http://elblogverde.com/silent-spring-o-primavera-silenciosa-de-rachel-carson/
Los discursos ambientales del docente; Oscar Torres.
Unos y otros escritos; Rusvelt Nivia.
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